En el Día de la Madre, celebramos el cuidado parental…en la naturaleza
Cuando pensamos en el Día de la Madre, solemos imaginar cariño, protección y dedicación. Estas cualidades no son exclusivas de los seres humanos: en el mundo natural, muchas especies despliegan conductas sorprendentes para asegurar el bienestar de sus crías.
Por ejemplo, en las aves, el cuidado parental puede incluir desde la construcción del nido y la incubación de los huevos, hasta la alimentación y defensa de los polluelos. Algunas especies comparten las tareas entre ambos padres; en otras, uno de ellos asume todo el trabajo.
En el Parque Nacional Isla del Coco, el cuclillo de la Isla del Coco (𝘾𝙤𝙘𝙘𝙮𝙯𝙪𝙨 𝙛𝙚𝙧𝙧𝙪𝙜𝙞𝙣𝙚𝙪𝙨), ave endémica y vulnerable que habita únicamente en este sitio patrimonio natural de la humanidad, es un ejemplo admirable de este instinto. A diferencia de otros cuclillos que ponen sus huevos en nidos ajenos, esta especie construye su propio hogar con ramitas y ambos padres participan activamente en cada etapa: desde la incubación, hasta alimentar y proteger a sus polluelos.

“El tema metodológico que nosotros utilizamos probablemente no está en ningún libro… Todo lo que llevamos planificado, para serle muy honesta, allá no funciona”, señaló Elena Chaves, una de las investigadoras. Foto: cortesía de la Faico, el ACMC y la UCR.
Cuando el pequeño volantón ya puede moverse por el bosque, generalmente uno de los adultos se encarga de responder a sus llamados y llevarle insectos —su alimento principal— hasta su percha. Mantienen así una comunicación constante, tanto vocal como corporal, hasta que el joven cuclillo puede valerse por sí mismo.
Este comportamiento de crianza biparental y su presencia exclusiva en la Isla del Coco hacen del cuclillo una especie de altísimo valor ecológico, cuya conservación es urgente para que futuras generaciones —de aves y de personas— puedan seguir admirando este vínculo único entre padres e hijos.

En este Día de la Madre, celebremos también a todas las madres y padres de la naturaleza que, día tras día, trabajan silenciosamente por la supervivencia y crianza de sus crías, sus hijas y sus hijos.